Cuando volví a Barcelona de vacaciones, tuve que seguir el ritual de cada año: ir al súper con el cuchillo entre los dientes para abastecerme de alimentos y llenar la nevera. El mercado de la Concepció, cerrado. Mi colmado de confianza, de vacaciones. Y dadas las aterradoras experiencias que he vivido con la fruta de supermercado, tuve que buscar una alternativa en los lineales para llenar el hueco de los postres.
Toma pan y moja
Salvado por un Colajet, por Òscar Broc
Es un cohete milagroso. Tengo 4 cajas en el congelador por miedo a que desaparezcan algún día del súper
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