Ese paladar hay que cuidarlo. Hace siglos que no te gastas los euros en vicios de juventud. El otrora dinero de los cubatas quema ahora en tu bolsillo, y no hay nada mejor que invertirlo a fondo perdido en los caprichos del gurmet que llevas dentro. Las marcas blancas están muy bien, pero de vez en cuando el organismo te pide delicatessen y en dicho terreno nunca hay parné malgastado. Nos gusta comer bien fuera de casa, pero los productos gourmet ya forman parte de nuestra despensa: el bocadillo de chopped delante de la tele es historia. Ahora llegan a tu casa quesos artesanales de otro planeta, conservas cósmicas, burratas, ahumados, vinos naturales… Nunca tu nevera había tenido mejor aspecto. Gracias a estas tiendas (y a los incontables establecimientos gourmet de Barcelona) en tu sofá se comerá como en un restaurante. Bon apetit!