La dolorosa no se maquilla. La dolorosa se muestra en toda su desnudez. Porque la dolorosa siempre se acepta como viene, no hace falta maquillaje, de nada sirven las distracciones. La dolorosa, en mi mundo, es la cuenta de un restaurante, no se confunda el lector, y la pongo en el centro del foco porque se ha extendido la costumbre de entregarla en recipientes cada vez más originales. Y hay que decir basta.
Toma pan y moja
Solo quiero la cuenta, por favor
Cuanto más extravagante sea el recipiente de la cuenta, más posibilidades tendrás de haber pagado más de la cuenta, valga la redundancia
cuenta
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