una solución fácil y sabrosa

La Navidad cabe en una lata

Las conservas delicatesen se erigen como alternativa cómoda y rompedora para las fiestas

sí, es cierto: salvo excepciones, cocinar para mucha gente resulta pesado, farragoso, cansado. Un rollo, aunque se le ponga mucho amor, cosa que solo hacen las madres, las abuelas y pocas personas más en el mundo. Si no fuera por ellas, ¿quién se pondría el delantal por estas fechas? Pocos, seamos sinceros. Para el resto de la humanidad, meterse en la cocina en estas condiciones, bajo la presión del qué dirán el cuñado, la suegra, el primo, es una lata.

Pero hay latas que salvan cualquier ágape, aunque sean tan señalados como los navideños. Hemos pedido a varios establecimientos que venden delicatesen enlatadas que hagan su propia selección: aperitivos, primero, segundo y postre. Una selección a la que ningún invitado quisquilloso pondría un pero. ¿Barato? No, pero cuando llegan estas fechas especiales, no se mira tanto el bolsillo a la hora de comprar manduca.

Las latas y conservas son un recurso para dummies, impacientes y vagos porque son fáciles, rápidas y cómodas de preparar. Pero también son una buena opción para los gurmets más irredentos. Se llena la cesta en la tienda, por ejemplo, en Múrria, Quílez, Vila Viniteca, Lafuente, Delishop o El Club del Gourmet de El Corte Inglés (depende de la calidad, será más o menos caro), se abre en casa el día que toca... y se disfruta. Que ese es el objetivo de estas fiestas.

FESTIVOS / Otra cosa es la tradición. Pero, al fin y al cabo, se trata de gozar de la comida y de la familia. ¿Siempre tiene que ser lo mismo? Los canelones han cumplido 200 años... «De acuerdo, no son platos navideños

-admite Quim Vila (Vila Viniteca)- pero conforman una propuesta muy festiva. Además, tal cual se abren se pueden consumir y, gastronómicamente, son muy potentes».

«Cada vez hay más gente que se decanta por esta opción. La mentalidad de antes era que las latas y conservas tenían poca calidad pero hoy en día no es así. Incluso los restaurantes las sirven», recuerda, Faustino Muñoz Soria, director de Colmado Quílez, que tendrá que cerrar sus puertas el 1 de enero por la inasumible subida del alquiler que deben afrontar a partir de entonces a causa de ley de arrendamientos urbanos. Merecen que nos zampemos alguna lata en su honor.