Clase de meditación
Fui a una clase de meditación y no pude dejar de meditar sobre que estaba pagando 50 euros por meditar cuando podría meditar gratis en casa. Sin duda es algo por lo que vale la pena meditar. El profesor también debería meditar sobre la manera de ganarse la vida con la meditación. Aunque, si no hubiera pagado, no habría meditado tanto, así que ahora tendré que meditar sobre si me he equivocado con este texto.
La mascarilla
Espero que, cuando todo esto termine, se pueda seguir llevando mascarilla porque yo ya me he acostumbrado a ella y no quiero dejar de usarla. He aprovechado este año para dejarme siete tipos de bigote diferentes, me he puesto ocho ortodoncias y he comido altas cantidades de cebolla diarias sin que nadie de mi entorno sospechase nada. Si le doy el naranja y no el verde es porque yo sí he olido y visto todo esto.
Cuidar plantas
No hay nada mejor que se pueda hacer en Barcelona a día de hoy que cuidar plantas. Gracias a su increíble tecnología, al echarles agua van creciendo, y si las pones al sol se van haciendo más fuertes y bonitas, pero si te pasas con alguna de las dos cosas se estropean. No sé quién ha inventado esto, pero me parece un auténtico genio. Ojalá hubiera más cosas como las plantas. El mundo sería mucho mejor.
La newsletter de On Barcelona
Dicen que si activas esta newsletter delante de un espejo a medianoche, se te aparece Pocholo y te lleva de fiesta. Ana Sánchez te descubre cada semana los planes más originales de Barcelona.
Rubén
Rubén se ha vuelto a pasar las restricciones de movilidad por el forro. Esta semana el señorito, desoyendo todas las normas, se ha ido al África subsahariana de vacaciones mientras los demás nos quedamos sin poder salir del Barcelonès. Que sí, que muchos dirán que Rubén está ayudando a potabilizar el agua del desierto, pero las cosas no se hacen así y ya es hora de que alguien lo diga claramente.