Tomas conciencia de tu paternidad cuando te ensalivas el dedo para borrar un resto de comida de la comisura de los labios del niño; cuando escuchas más canciones de Dàmaris Gelabert que de Marvin Gaye; cuando jamás abres un plátano, pero te comes los restos de al menos tres cada día; cuando se acerca el Día del Padre y no piensas en regalar una colonia, sino en recibirla o en montar una colonia alejada de la gran ciudad.