Antes de la pandemia, TikTok parecía existir solamente para hacer que nos sintiéramos viejos. Hasta los millennials encontraban su interfaz más misteriosa que la identidad del tal M. Rajoy. Pero todo cambió cuando llegó el confinamiento. En los descansos de la guerra por el papel higiénico, el 'fitness' olímpico con Patry Jordán y el Masterchef de repostería, aprendimos a usar la 'app' oficial de la Generación Z. Ahora, a nadie le suena raro decir 'video challenge', 'For you' ni ninguno de los términos que se usan para viralizar contenido. TikTok te da horas de entretenimiento sin importar tu edad: si hasta la reina Isabel II subió uno bailando (o, al menos, un 'deepfake' con su cara).