Alguien creerá que la colaboración de artistas catalanes e internacionales con migrantes africanos es una práctica 'millennial', pero en 1987 Pedro Burruezo y María José Peña convencieron al inglés Robert Wyatt para que cantase 'Tu traición' y ficharon a Aimé Loba, percusionista marfileño instalado en Barcelona. Solo por esto, 'Repulsión' fue un disco avanzado e insólito. El tercero de Claustrofobia es un islote de osadía por más razones. Subtitulado 'Música para los desheredados', funciona como disco-puerto donde confluyen efluvios e ideas de múltiples buques: pasodobles y cajas de ritmos, dejes flamencos y nuevaoleros, ecos de Sisa y Go-Betweens, rumba zaireña y una versión de James Brown. Postales de una Barcelona oscura y fascinada.