La estafa de Lehman Brothers aún no había desatado la crisis, la ‘turistificación’ de Barcelona era una lejana intuición y la palabra gentrificación no figuraba en el vocabulario. Era el 2006 y estábamos tan contentos porque unos suecos que dormían hasta las tantas y coleccionaban sellos del mundo se habían bautizado con el nombre de nuestra ciudad. Y tarareábamos ‘We’re from Barcelona’, canción borrachita de felicidad donde prometían darnos su amor. Ahora no sorprende ver una tienda de muebles escandinavos en Poblenou. Ahora los anuncios de Ikea y Estrella Damm intentan replicar aquella euforia coral diseñada con trompetas, ukeleles y sonrientes extras rubios tarareando estribillos de optimismo invasivo. Ahora es demasiado tarde.
la barceloteca
'Let me introduce my friends': el estribillo que anunció el turismo rubio
Este álbum es del 2006, cuando no hablábamos de crisis ni la palabra gentrificación formaba parte de la realidad de Barcelona
Portada del disco ’Let me introduce my friends’, de I’m from Barcelona.
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