ECHAR RAÍCES

El plátano de la libertad de Llançà

El árbol se plantó para celebrar la revolución de 1868

El árbol de la libertad de Llançà, en el Alt Empordà. / A. MADRIDEJOS

A partir de la Revolución Francesa se puso de moda en Europa plantar un árbol en las plazas mayores y otros lugares señalados como alegoría de la libertad y los movimientos de emancipación. Los grandes árboles servirían para recordar hechos capitales de la historia. Y así se hizo en 1870 en Llançà, en pleno centro, para conmemorar la revolución gloriosa de 1868, que supuso el destronamiento de Isabel II y el inicio del Sexenio Democrático.

Platanus x hispanica

Por ese mismo motivo se plantaron también árboles en Barcelona, Girona, Figueres, Reus, Manresa y otros muchos pueblos, aunque solo unos pocos sobreviven actualmente.

El plátano de Llançà, que preside la plaza mayor, junto a la torre románica y la iglesia, se salvó de ser talado por las tropas franquistas en 1939 gracias a la intercesión del párroco. Mide 3,80 metros de perímetro de tronco, está bifurcado a baja altura en tres grandes ramas y alcanza un altura cercana a los 20 metros.

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