El tronco hueco del almez de Can Puig refleja el inexorable paso del tiempo, pero es difícil precisar su edad puesto que no hay documentos sobre su plantación y lo único que se sabe es que pertenecía a la masía aledaña del mismo nombre, ahora incluida en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Catalunya. Aunque su aspecto sugiere al menos tres siglos de vida, debe tenerse en cuenta que es habitual que los almeces se abran sin necesidad de llegar a centenarios. El insigne árbol de Martorelles, con un perímetro de tronco superior a los seis metros (6,10 m.), lo que lo sitúa entre los mayores de Catalunya, tuvo hasta hace poco años un compañero en el mismo emplazamiento, pero lo talaron debido a su pésimo estado.

El almez, característico de las riberas fluviales y zonas con humedad, es una especie bien adaptada a la vida rural y urbana que desde antiguo se ha plantado junto a las casas debido a su madera, ideal para fabricar utensilios de cocina y aperos agrícolas.

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