La ciencia nos da seguridad porque explica el mundo de manera lógica. Una manzana cae del árbol por la gravedad. Sencillo, racional. Pero con la física cuántica descubrimos que nuestra percepción de la realidad es limitada, que hay partículas tan pequeñas que no podemos ver, que el tiempo no es lineal, que pueden darse dos historias distintas a la vez... y nos obliga a replantearlo todo. La física cuántica intenta explicar lo inexplicable. Es ciencia, pero lleva a la filosofía. No es extraño que una manera de abordarla sea a través del arte, como hace la exposición 'Cuántica', en el CCCB.
Cuántica
La muestra ofrece dos itinerarios entrelazados: el artístico, con las obras de diez artistas que residieron en el centro de investigación CERN de Ginebra, y el científico, que explica los avances en el laboratorio y sus aplicaciones. Porque aunque se suele asociar la física cuántica a las películas de ciencia ficción sobre mundos paralelos, la tenemos más cerca de lo que creemos. Está en los láser, los ordenadores, las resonancias magnéticas.... Entrar en la exposición del CCCB es descubrir un universo (¡o varios!) oculto. Quien la visite puede salir con más preguntas que con las que entró.