El pino piñonero de la calle de Malats fue plantado hacia 1896, un año antes de que el municipio de Sant Andreu del Palomar, mucho mayor en extensión que el actual distrito al que da nombre, fuera anexionado y pasara a depender de la ciudad de Barcelona. En aquel tiempo, Sant Andreu ya había dejado de ser un enclave agrícola y se había convertido en un activo polo industrial al que llegaban el ferrocarril y el tranvía, pero buena parte de su núcleo histórico aún mantenía una estructura de casas de baja altura y residencias de veraneo para la burguesía barcelonesa.
Una de estas fincas con jardín, hoy reconvertida en centro para la tercera edad, es precisamente la que acoge este esbelto pino (20 metros de altura y 2,56 de perímetro de tronco) que no muestra síntomas de decaimiento. Crece en un patio muy acogedor en compañía de jóvenes moreras.
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Pinus pinea