Charles Cartwright es un hombre de arte. Suyas fueron dos galerías parisinas dedicadas a la creación contemporánea. Y suya es Hexagon Gallery, sala que recientemente ha abierto en Barcelona (Aribau, 60). Con el clima mediterráneo, Cartwright, francés con ascendencia inglesa y sueca, ha dejado la densidad de las artes plásticas por "un lenguaje más universal como es la fotografía".
Y a ello, a las imágenes de autores europeos (con el tiempo llegarán los americanos), consagra la que es la tercera galería dedicada al retrato en la ciudad (Il mondo y Valid Photo completan la tríada).
Para iniciar la singladura, Cartwright ha apostado por dos fotógrafos griegos, tan próximos como distantes: Vangelis Georgas (Atenas, 1980) y Dimitris Kechris (Atenas, 1986). Les une el pequeño formato, el blanco y negro, el contraste entre luces y sombras y el desasosiego que reflejan de un país de glorioso pasado, incierto presente y desconocido futuro.
La mirada de Georgas es más urbana ("documental subjetiva", sostiene el galerista) y la de Kechris, totalmente onírica ("documental personal"). Estará hasta el 12 de mayo; a partir de entonces, el espacio lo ocuparán tres mujeres.