Aviso para navegantes: "La entrada a la exposición no está recomendada para menores de 16 años". La advertencia luce bajo un mapa de Oriente Medio. La recomendación continúa: "Las imágenes incluidas en la muestra reflejan hechos bélicos, a menudo violentos, que pueden herir la sensibilidad del espectador". La muestra en cuestión es la primera exposición individual de Manu Brabo (Zaragoza, 1981), fotoperiodista bregado en conflictos sociales, desastres naturales y guerras, y que cuenta en su haber un Pulitzer, en el 2013, por su cobertura sobre la contienda civil que asola Siria.
Un rebelde libio corre hacia la retaguardia durante los combates contra el Ejército libio leal a Gadafi, en Sirte, Libia (2011).
Brabo ha recorrido medio planeta, pero en 'Un día cualquiera', así se titula la exposición, reúne instantáneas tomadas en Siria, Libia, Irak y Egipto durante, eso, un día cualquiera. Un día a día en imágenes lleno del horror que generan los conflictos bélicos: "Todas las situaciones aquí retratadas vienen condicionadas por esa enredada trama que es la guerra", afirma. Así que "ha costado mucho encontrar algunas donde se pueda atisbar la vida cotidiana", asegura.
Un charco refleja a tres niños desplazados jugando cerca del campo de refugiados de Azaz, Siria (febrero del 2013).
Pues para mucha gente la normalidad es la anormalidad. Y lo cotidiano es arriesgar la vida cruzando una calle con francotiradores para conseguir un poco de pan. Es mantener los hospitales abiertos pese a los bombardeos. Es no desfallecer en la búsqueda de supervivientes entre los escombros. Es enterrar a los muertos de noche. Es, en definitiva, el infierno. Estos son los héroes o heroínas, que Brabo ha fotografiado.
Miembros del PKK cantan y toman té alrededor de una hoguera en las montañas del Qandil, en el Kurdistán iraquí (Mayo del 2016).
Pero también hay la otra cara de la moneda: "He visto crecer el odio sin sentido y, dentro de este caos, he asistido al nacimiento de movimientos de intolerancia donde convergen, para nuestra desgracia, lo peor de cada casa", escribe en el texto que da entrada a la muestra. "He captado lo mejor y lo peor del ser humano", concluye.
Un médico del hospital Dar el Shifa de Alepo ilumina el cadáver de un combatiente antes de ser sepultado (octubre del 2012).
Con sus imágenes, Brabo pretende hacer reflexionar al espectador sobre la complejidad del mundo actual a partir del "recorrido por la triste realidad en la que la vida se ha transformado para un gran número de habitantes del planeta". La visita es dura pero es también casi obligada, igual que la posterior reflexión.
Las fotografías de Brabo, en color y blanco y negro, en gran y pequeño formato, pero todas impactantes, interpelan. Lo hacen desde la Sala Polivalent del Mercat de La Florida de L’Hospitalet de Llobregat (hasta el 15 de marzo) y llegan con el aval de 'National Geographic'.