el museo imaginario

Paz y exotismo en el Umbracle de la Ciutadella

El restaurador José María Parrado solía ir de joven a este remanso de tranquilidad que está a rebosar de plantas venidas de medio mundo

El restaurador José María Parrado, rodeado de plantas exóticas en el Umbracle del parque de la Ciutadella. / MIREIA REYNAL

Como tantos otros barceloneses, el restaurador José María Parrado descubrió un tesoro de su ciudad casi por casualidad. "Vivía en un pisito junto al parque de la Ciutadella, y un día, paseando, di con el Hivernacle y el Umbracle, que son espacios para plantas de sol y de sombra. Me enamoraron y ahora me trae muy buenos recuerdos de mi época juvenil". Pero solo está abierto el segundo; el primero parece abandonado.

El dueño de los restaurantes Martínez Frankie Gallo Cha Cha Cha (y expropietario de Cañete y La Dama), no entiende mucho de plantas, pero le encanta lo verde, lo exótico. "Una de mis películas favoritas es 'Indochine', para que te sitúes". Y podría estar horas en el edificio levantado por Josep Amargós con motivo de la Exposición Universal de 1888, cuya vegetación tanto le recuerda a viajes que ha hecho por países como Vietnam, Tailandia, Indonesia, Sri Lanka, la selva de Colombia...

ZÚRICH, COPENHAGUE Y NUEVA YORK

Tal fue el flechazo que desde entonces busca espacios parecidos en las ciudades a las que viaja. Así que casi puede considerarse un experto en la materia. "Los de Zúrich, Copenhague y Nueva York denotan mayor sensibilidad y cultura. Son mucho más grandes, pero están abarrotados de gente. Aquí, en cambio, son un remanso de paz por el que se dejan caer algunos turistas; apenas hay barceloneses".

Curiosamente, Parrado, cuya planta preferida del Umbracle es la marquesa, lamenta el pésimo estado en que se encuentra su 'hermano' Hivernacle, a escasos metros de allí. "Habría que denunciar que un espacio tan emblemático, que es patrimonio de la ciudad, esté así. Ya que solo tenemos un gran parque en Barcelona, ¡cuidémoslo!".