Por recomendación de un amigo, accedo a este escondido lugar de Horta, de donde no me quiero ir. ¡Una maravillosa calle llena de plantas, con su suelo de piedra y casitas a la antigua, sin remodelar, cada una de ellas con un pozo que no se usa más que para ornamentar el lugar! Y... ahí están: un montón de lavaderos de piedra, que ahora sirven para recordarnos un trocito de la historia de esta ciudad. Allí donde las mujeres lavaban las ropas de la familia y también, algunas, la ropa de aquella gente de Barcelona que podía permitirse pagar a las lavanderas para que lo hicieran por ellos. ¡Un hermoso lugar!
EN HORTA-GUINARDO
Aunque parezca de otro mundo, la calle Aiguafreda está cerca de la parada de metro Horta (línea 5).