No verás el mar desde la plaza, pero lo podrás oler. No verás ninguna montaña ni horizonte, pero sí podrás salir por una de las seis calles históricas que llegan hasta ella, como la de las Damas, nomenclatura irónica de una calle pobre por aquel entonces, donde era difícil cruzarse con una mujer de postín. Tampoco podrás comprar ollas, pero sí sentarte e imaginar cómo era el mercado que acogía hace años.
AL ESTE DEL PLA DE PALAU
La plaza de les Olles está flanqueada por edificios que vale la pena detemerse a observar.