La tipuana, un árbol originario de Argentina, Paraguay, Bolivia y otros países de América del sur, se introdujo en España a principios del siglo XX gracias a los trabajos en Barcelona del arquitecto, jardinero y urbanista Nicolau Rubió i Tudurí. Y hoy es una especie omnipresente en zonas sin heladas severas. Las tipuanas, que suelen formar una gran copa, destacan visualmente por sus flores de color amarillo-naranja, espectaculares en los meses de junio y julio, y por sus hojas semicaducas, que permanecen en el árbol sin caer durante el invierno.

En Barcelona, donde se ha plantado con profusión en las últimas décadas -es actualmente la cuarta especie arbórea por número de ejemplares-, una de las tipuanas más hermosas y desconocidas crece escondida junto al pabellón Mies van der Rohe, en Montjuïc. Su perímetro de tronco supera los tres metros.

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