Vanesa Galan, barcelonesa afincada en Lyon.
"Turista en mi ciudad. Esta es la sensación que tengo después de tres años en el extranjero. Acabo de volver y ni ella ni yo somos las mismas. Creo que Barcelona y yo pasamos por el mismo proceso a la vez, y en estos tres años nos hemos vuelto más abiertas. Tenemos más curiosidad por todo lo que nos ofrece el mundo. Necesitamos que nos sorprendan.
Y fue el Born, la noche del Born, con sus calles estrechas y oscuras, por donde ya había pasado muchas veces, el barrio que más me sorprendió al volver. Me dejé llevar por lugares ocultos, bares clandestinos, pisos-palacio de renta antigua con vistas al parque, fiestas infinitas en las azoteas... Una ciudad que nunca había vivido y que ahora era la única que se me ponía delante, como por arte de magia, gracias a mi predisposición a salir de los círculos conocidos, a aprovechar el anonimato que te dan tres años fuera para poder encontrar solo a quien quieres, a gente nueva, sin obligaciones.
Francia, Alemania, Suiza, Brasil... Fueron viajes de una sola noche, pero aprovechados y vividos con todo el entusiasmo y las ganas de quien es turista por primera vez, cuando todo es sorprendente, porque todo es nuevo".