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Surf sin olas

Surfset, se llama este invento americano. Hace cinco años que le hacen la ola en los gimnasios de EEUU. Es la última tendencia 'fitness': surfear en seco

Un grupo surfea en la terraza del Ayre Hotel Rosellón, frente a la Sagrada Família. / JOAN CORTADELLAS

«Mirad para atrás, que llega la ola». El grito surfero de guerra suena igualito que en una peli americana: con la cantinela de 'Surfin' USA' de fondo. Todos miran hacia atrás tumbados sobre sus tablas de surf mientras reman con las manos a ritmo pop. Pero no llega la ola. La única agua que se ve a la redonda es la de una hilera de botellas de plástico. Si los Beach Boys cantaran in situ, se irían derechitos a por un lingotazo de lo que sea. No hay rastro de olas, sino de grúas. Una decena de chicas hacen surf en una azotea con vistas a la Sagrada Família. Da más vértigo asomarse a la barandilla que subirse a la tabla, garantiza el entrenador.

Terraza del Ayre Hotel Rosellón. Ocho de la mañana. Es uno de los entrenos-eventos del club fundado por el 'ultraman' experto en bolsa Josef Ajram: Where Is The Limit? «Es una filosofía, no es un club», corrige de carrerilla la organizadora, Alexia Jorba. Suelen hacer entrenamientos de triatlón, yoga, natación en aguas abiertas. Hoy se estrenan con surf en seco.

Surfset, se llama este invento americano. Hace cuatro, cinco años que le hacen la ola en los gimnasios de EEUU. Es la nueva tendencia 'fitness' que se extiende por el mundo en mallas, ese en el que cualquier deportista apócrifo tiene que hacer un máster para saber a qué clase se ha apuntado en el gimnasio. Este año se empieza a conocer en España. (La empresa de distribución hizo el lanzamiento oficial en agosto). En Madrid, ya se están colando tablas en los 'boutique gyms' donde echan músculo los famosos. Esta es la segunda sesión pública que se organiza en Barcelona.

YOGA Y PILATES EN EQUILIBRIO

Parece una tabla de surf. De hecho, uno pone las mismas posturas a lo Chiquito al subirse a ella por primera vez. En vez de agua, bajo la tabla hay burbujas de látex reforzado. Pero «no está enfocada al surf, sino a sesiones de 'fitness' -detalla David-. La idea es que se puedan hacer clases dirigidas». David Domínguez, el entrenador, lo mismo trabaja tus agujetas de mañana haciendo sentadillas sobre la tabla que enseñándote a hacer el pato (a meter la cabeza bajo una ola). Además de licenciado en Ciencias de la Actividad Física, es surfero. «Se intenta -responde él-. Soy lo que se llama un cabra loca de deportes extremos». Hace tres años que descubrió estas tablas en un centro comercial de San Diego. Se fue a formar a Portugal, el país al que los surfistas de remojo precisamente van a buscar las olas más grandes. «El tamaño máximo que alcanzó una ola fue hace año y medio en Nazaré -detalla David-: 33 metros».

LO+

Quemas calorías por puro ego: para aprender a mantener la dignidad sobre la tabla. Es divertido y deja las mismas agujetas.

LO-

Como toda moda 'fitness', desaparecerá tras una hilera de sudor. «La gente se engancha muy rápido a lo nuevo y luego lo deja».

¿Que si se puede aprender a hacer surf con esta tabla sin olas? «Hay ejercicios que sí son específicos para mejorar ciertas cosas en el surf», responde David. «Técnica, pero cuando ya la tienes», añade Alexia. Lo que se suele hacer sobre la tabla es «'fitness' puro y duro», asienten los dos. «Y yoga y pilates también». ¿Los beneficios? «Son a nivel postural -responde David-, de abdomen, de buscar siempre tu centro de gravedad». Aquí uno tiene que encontrar el equilibrio literalmente. Una ventaja añadida: que en esta tabla no se vuelca, se ríe David. Como mucho, te vas al agua. Pero a por la botella. ¿Qué será lo siguiente? «En Inglaterra -dice David- han salido tablas de 'paddle' surf cuadradas para piscina».

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