Memoria histórica

Aquellos días en que ETA pudo no empezar a matar

Un nuevo estudio historiográfico desbroza bulos y propaganda en el relato de los inicios de la banda terrorista

Etarras y listas electorales: habitual desde los años 80

Entierro en Malpica de Bergantiños (A Coruña) del guardia civil José Antonio Pardines Arcay, primera victima de ETA, en junio de 1968 / El Periódico

Cuando ETA comenzó a hacer envíos a los cementerios, una colusión de propagandas -el relato de la prensa franquista y la mensajería clandestina de la organización- contribuyó a poner en marcha la espiral.