El Govern aumentará alrededor de un 9% el presupuesto en educación en las cuentas de 2024

El Govern trata de sofocar la crisis educativa provocada por los catastróficos resultados del informe PISA con dos líneas de actuación. Por un lado, con la puesta en marcha de la comisión de 18 expertos pactada con la oposición que se encargará de definir tanto las actuaciones de urgencia de cara al próximo curso escolar como las que se pueden aplicar a medio y largo plazo. Por el otro, con una nueva inyección de recursos a través de los presupuestos de la Generalitat para 2024. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, la partida para el ámbito educativo crecerá alrededor de un 9% en las cuentas de este año respecto a las de 2023. Eso significa que, en cifras absolutas, la conselleria d'Educació sobrepasará la barrera de los 7.000 millones de euros. Entre los planes económicos del Govern de Pere Aragonès ya figuraba que el departamento de la consellera Anna Simó fuera uno de los más beneficiados en el reparto de partidas. De hecho, esa fue la promesa que lanzó la Generalitat en una de sus comparecencias para salir al paso del informe PISA. El Govern puso como punto de partida en la negociación con la oposición que por lo menos este departamento aumentaría un 6,5%, aunque finalmente se acercará al 9%. De hecho, los departamentos de Educació y Economia ya han tratado este asunto. Reunión con el PSC este miércoles Aumentar el gasto en el ámbito educativo también es una vía para intentar amarrar los apoyos suficientes para poder aprobar los presupuestos. La Generalitat ya anunció que presentará unas cuentas expansivas que podrían tener hasta 2.400 millones extra respecto a las de 2023. Y una parte del pastel será para educación. Las negociaciones están en marcha, principalmente con el PSC, Junts y los Comuns, y este mismo miércoles se producirá una reunión de los socialistas con el Govern. A todos ellos, la Generalitat les ha facilitado un documento de 1.000 páginas con todos las partidas detalladas por departamentos y programas, además de la ley de medidas fiscales y financieras. El martes la portavoz el Ejecutivo, Patrícia Plaja, aseguró que quieren "intensificar" las negociaciones para tener las cuentas cuanto antes. Eso sí, no puso un horizonte preciso porque sabe que esto depende en buena parte de los partidos de la oposición. "Si dependiera de nosotros, sería mañana mismo porque está prácticamente listo", sostuvo. El PSC quiere saldar cuentas Pese a la urgencia del Govern, desde el PSC echan por ahora el freno a la negociación. Su líder, Salvador Illa, exigió a finales del año pasado que se aumentaran los recursos destinados al ámbito educativo para "acercarse de forma progresiva" a la inversión del 6% del PIB que fija Estatut. No obstante, los socialistas acudirán a la reunión de este miércoles con la intención de reafirmar que, antes de los presupuestos de 2024, hay que saldar cuentas de lo que se pactó en 2023. Illa se ha propuesto ser duro con aquello que se pactó en materia de infraestructuras y que Aragonès no ha cumplido todavía, como el convenio de la B-40 -que está encauzado para que se firme pronto, la creación de la comisión de estudio sobre el Aeropuerto de Barcelona-El Prat y la aprobación del plan urbanístico del Hard Rock. Sin esos tantos que se quiere apuntar el PSC, a sabiendas de la incomodidad que provocan en ERC, Illa no quiere acelerar la negociación. Desde la Generalitat replican que el desbloqueo de la B-40 y del aeropuerto está en manos del Gobierno. El PSC también transmitirá en el encuentro de este miércoles con el Executiu que esta interlocución por las cuentas no puede estar condicionada a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, como ha verbalizado ERC. "No habrá un intercambio de cromos", insisten por activa y por pasiva los socialistas, conscientes de que Aragonès necesita sus votos, de la misma manera que Sánchez necesitará los de los republicanos. Si una cosa busca el jefe de la oposición, como ya hizo en 2023, es llevar él las riendas del calendario. Los Comuns, lejos; Junts, juega Los Comuns, a su vez, señalan la "pasividad" que está teniendo el Govern a la hora de negociar con ellos y aseguran que nada se ha movido en el inicio de año y que, por lo tanto, se mantiene la distancia constatada a finales de 2023. Los de Jéssica Albiach continúan insistiendo en que Aragonès se desvincule del todo de aquellos proyectos que, precisamente, tanto el PSC como Junts consideran una prioridad. Y es que esta vez, a diferencia de 2023, Junts ha decidido jugar la partida de la negociación económica. A un año de las elecciones catalanas, también en la oposición hay competencia por erigirse en la "alternativa responsable" al Govern de ERC.

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