Rumbo a la investidura

Así se forjó el acuerdo entre Sánchez y Puigdemont: un parto largo que "nunca corrió peligro"

Carles Puigdemont y Santos Cerdán, reunidos en Bruselas. / PSOE

Cuando Santos Cerdán aterrizó en Bruselas la semana pasada, llevaba una maleta muy pequeña. El número tres del PSOE pensaba que pronto iba a volver en Madrid. Todo encajaba. Solo faltaba pulir la ley de amnistía con Junts, firmar el pacto con su secretario general, Jordi Turull, y comparecer para dar la buena nueva desde Bélgica, donde reside Carles Puigdemont, en una muestra de que los socialistas lo reconocían como interlocutor, dejando atrás la promesa de llevarlo ante la Justicia. Fue el jueves de la semana pasada. Los posconvergentes también contaban con cerrar. Habían colocado incluso un atril en un hotel para que el ‘expresident’ compareciera. Pero entonces se frustró el plan. Cerdán necesitó más ropa para encarar la fase final de la negociación.