Lo ocurrido el lunes en las calles de Barcelona, con una manifestación de la Diada menos concurrida que otros años y marcada por la división en el independentismo, no fue “ninguna sorpresa” para el Gobierno. El PSOE lleva tiempo defendiendo que su hoja de ruta frente a la crisis territorial, basada en la distensión y el diálogo, lejos de alimentar a ERC y Junts como sostiene el PP, está desinflando sus expectativas. Se vio en las elecciones catalanas de 2021, cuando los socialistas catalanes fueron el partido más votado, aunque no pudieron gobernar. Se vio en los comicios generales del pasado 23 de julio, en los que el PSC logró más apoyos que la suma de todas las formaciones soberanistas. Y se volvió a ver, según los colaboradores de Pedro Sánchez, este Onze de Setembre “descafeinado”, que coincide con las noegociaciones de investidura, ante las que tanto republicanos como posconvergentes necesitan mostrar su empuje.
La negociación con el independentismo
El Gobierno concluye que la "descafeinada" Diada "quita fuerza" a Junts para negociar la investidura
La ministra portavoz, Isabel Rodríguez.
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