Detenidos los dos principales captadores yihadistas de menores en España

La Guardia Civil ha detenido a dos captadores del terrorismo yihadista en Zamora y Valencia, implicados en lo que el instituto armado considera que es la mayor estructura de reclutamiento de jóvenes y menores en España.

"Dawlat al Islam Baquiyah" (El estado Islámico permanece y se expande) se leía en una de sus pintadas en la capital valenciana. Con ella y multitud de mensajes online, querían asegurar relevo para los soldados del terrorismo islamista. Se habían convertido en dos focos de difusión de ideología radical islamista y se habían especializado en detectar a los seguidores más fácilmente convertibles en prosélitos de la yihad violenta, sobre todo jóvenes en riesgo de exclusión.

Ambos detenidos fueron fuestos este viernes a disposición judicial, culminando la Operación Raijin contra esta estructura, que se ha desarrollado con colaboración de la DGST, la policía de información marroquí -ambos tienen origen en ese país- y bajo dirección del Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional.

Actuando en dos puntos distantes del mapa español, los dos captadores se coordinaban en la labor de lanzamiento online de postulados del terrorismo yihadista, especialmente en redes sociales. Parte de sus mensajes actuaban como cebo, para identificar consumidores con alguna inclinación a favor de sus tesis sobre los que intensificar después el adoctrinamiento.

Menores captados

El seguimiento y detención de estos captadores ha estado comandada por el Servicio de Información de la Guardia Civil. Las investigaciones de la Operación Raijin se habían iniciado en 2022.

Hasta el momento, el instituto armado ha identificado decenas de estos lectores en diez provincias. La mayoría de los consumidores anotados son menores de 18 años. Estos casos específricos están siendo supervisados por personal experto en intervención y atención a víctimas menores de edad.

Ha informado la Guardia Civil este sábado de que los dos proselitistas no solo estaban limitando su propaganda al espacio cibernético; también hacían pintadas callejeras con lemas del Daesh. Además, traducían todo tipo de contenido yihadista producido en otros idiomas, para hacerlo inteligible y difundirlo entre público hispanohablante. No ha trascendido de momento proselitismo entre seguidores que vieran los mensajes desde países latinoamericanos.