El principal adversario de Pedro Sánchez en las elecciones generales del 23 de julio no es Alberto Núñez Feijóo: es la apatía del electorado progresista frente a la movilización del votante de derechas. El PSOE lleva tiempo analizando cómo activar a los abstencionistas. Su conclusión, tras la debacle sufrida el 28 de mayo en los comicios municipales y autonómicos, es que tiene que cambiar radicalmente su forma de encarar la campaña, dejando a un lado las grandes cifras para priorizar lo “emocional”. Es decir, todo lo que está “en riesgo” si el PP y Vox alcanzan el Gobierno central, que es el escenario más probable según la mayoría de encuestas.
Elecciones generales
El PSOE cambia el guion y diseña su campaña más "emocional" para el 23J: "La razón no mueve voto"
Pedro Sánchez, el pasado 26 de mayo en Barcelona. /
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