Los socialistas eran muy pesimistas el viernes sobre sus opciones de lograr el Ayuntamiento de Barcelona. El pacto entre ERC y JxCat, junto a la negativa de Barcelona En Comú a formar parte de una operación en la que también estuviese el PP, que pedía que los de Ada Colau no ocupasen ninguna concejalía, hacía prever tanto al PSOE como al PSC que el próximo alcalde de la capital catalana sería Xavier Trias, que fue el más votado el pasado 28 de mayo. Aun así, los socialistas no se dieron por vencidos. Hubo conversaciones de todo tipo con los Comuns, que al final, justo antes de que comenzara el pleno, anunciaron que apoyarían a Jaume Collboni y pasarían a la oposición. Esa fue la pieza que hizo que todo lo demás encajara. La explicación de por qué acabó saliendo bien, contra todo pronóstico, pasa en parte por Madrid. En concreto, por el Congreso de los Diputados.