Nueva narrativa de bulos contra el 28-M: igualarlo a las elecciones de 1936

Los difusores de bulos no han dejado pasar sin provecho los episodios de supuestas compras de voto por correo en Melilla, Almería y Murcia. Las detenciones de gente acusada de delito electoral en los tres casos han avivado las cadenas de desinformación que desde antes del inicio de la campaña electoral tienen detectados agentes de la Seguridad del Estado dedicados a prever ataques híbridos contra España, y de las que ya ha informado este diario. El objetivo sigue siendo una impugnación del sistema electoral -y de fondo de la democracia- en las mentes de los más crédulos y de los más fanáticos. Y a las dos narrativas fake identificadas en la primera oleada de esta campaña electoral, la de un pucherazo urdido por Pedro Sánchez y la de una manipulación del recuento se votos por la empresa Indra, ahora se une otra, que nació en 2019, tras la moción de censura a Mariano Rajoy, y renace en la recta final de estos comicios llamando más la atención de las fuentes policiales consultadas: homologar este fin de legislatura con el prólogo de la Guerra Civil, la narrativa de que estas elecciones del 28 de mayo de 2023 son una mezcla de violencia y fraude similar a la que, según historiadores y revisionistas próximos a la derecha, marcó los comicios de 1936. En la ultraderecha convive este argumentario con otro muy extendido desde el pasado jueves, según el cual es el gobierno marroquí de Mohamed VI el organizador de un fraude electoral en Melilla. Dos generales No trasciende un recuento oficial, el número de cuentas y perfiles con estos contenidos que en redes sociales y webTVs monitorean las Fuerzas de Seguridad del Estado en previsión de incidentes, incitaciones a desórdenes públicos o lanzamiento de mensajes de odio. Pero entre esas mismas fuentes es causa de preocupación que dos de los diputados que se sientan en el Congreso aventen con virulencia estos mensajes, y que no sean unos diputados cualesquiera, sino dos célebres generales de las Fuerzas Armadas, veteranos y con ascendencia entre sus compañeros de armas. El pasado 24 de mayo, en Twitter, el general de Infantería de Marina retirado Agustín Rosetty, portavoz de Vox en la Comisión de Defensa del Congreso, proclamaba que "el PSOE es un partido anti democrático (sic) y golpista y protagonista de las páginas más negras de nuestra Historia. Dio un golpe a la república en 1934 y sus ansias revolucionarias nos condujeron a la guerra civil". Cuando uno de sus seguidores contestó a este mensaje, con más de 1.500 visualizaciones que "En España hay un riesgo real de enfrentamiento civil", el diputado y ex alto cargo del Ministerio de Defensa respondió: "Lo que hay en España es riesgo de un pucherazo monumental por parte del psoe (sic) y mal haríamos en callar". El mismo día, tras conocerse la operación de la Guardia Civil en Mojácar, el general de División retirado Alberto Asarta, célebre por su liderazgo sobre tropas destinadas en operaciones internacionales como la de interposición en Bosnia o la misión de cascos azules en Líbano, alentaba la inquietud ciudadana en la misma red social "¿Cuántos Mojácar sin descubrir habrá en España? A dónde van los votos comprados en Melilla? ... queremos saber. También el PP? Atención a la que nos pueden preparar... estaremos vigilantes. Corrupción sin límites". Después, con más de 6.000 lecturas, suscribía la contestación de un espontáneo -"por mucho que estéis muy vigilantes el programa informático de INDRA va a hacer lo que le dé la gana..."- con un "totalmente de acuerdo contigo". Riesgo violento Ambas teorías están siendo aventadas en websTV de extrema derecha, en algunos casos por comunicadores eurófobos o en directa y buena relación con la embajada rusa en España. En los casos mencionados, así como otros que cruzan con frecuencia el ciberespacio, sus emisores cuentan con amplia audiencia entre funcionarios de las Fuerzas de Seguridad, como es el caso de un perfil anónimo tras el nickname Doctor Tricornio. Las cadenas de mensajes de desinformación en España, estudiadas en el Parlamento Europeo como parte del fenómeno de injerencias externas o de organizaciones extremistas en procesos electorales, se vigilan como parte de un proceso que las fuentes policiales españolas consultadas estiman que puede durar, con una paulatina crispación, hasta las elecciones generales. Hay además un fenómeno que se trata de prevenir por su riesgo e imprevisibilidad, y también por la experiencia acreditada en Estados Unidos y el norte de Europa: el impacto que mensajes desestabilizadores pueden tener recalentando el fenómeno del terrorismo de actores -o lobos- solitarios, aquellos que, a semejanza del yihadismo, llevados por una autorradicalización alimentada en redes sociales, deciden por su cuenta actuar violentamente contra la situación que es el supuesto origen de su desasosiego.

Nueva narrativa de bulos contra el 28-M: igualarlo a las elecciones de 1936

Cadenas de desinformación pretender sacar provecho de los casos de compra de votos en Melilla, Almería y Murcia

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