La pieza que nunca encaja: el PSOE se asoma a una nueva derrota en Madrid

El PSOE solía cerrar en Madrid las campañas de las elecciones municipales y autonómicas. A veces, cuando las expectativas en la capital eran bajas y había otras plazas más importantes por mantener o recuperar, el líder socialista protagonizaba un acto por la mañana en Madrid y otro por la tarde, más grande, en alguna otra ciudad, como Barcelona. Pero esta vez no ocurrirá así. Pedro Sánchez compartió escenario este jueves con Juan Lobato y Reyes Maroto en el distrito de Puente de Vallecas. Fue la primera ocasión en la que el presidente del Gobierno mitineó en este campaña junto a sus candidatos a la comunidad y al ayuntamiento. También la única. El viernes, a poco más de 24 horas de los comicios, Sánchez se volcará en Catalunya. Primero estará en Tarragona y después en la principal plaza que el presidente del Gobierno aspira a reconquistar este domingo: Barcelona. Se trata de un síntoma indiscutible de por dónde transitan los ánimos del PSOE en este 28-M: el partido se asoma de nuevo a una derrota en Madrid. Ante las encuestas y el guion que ha seguido la campaña, son muy pocos, casi ninguno, los dirigentes que todavía confían en que los resultados del domingo acaben llevando a Lobato a la presidencia autonómica y a Maroto a la alcaldía. En ambos casos, sobre todo en la comunidad, se da por prácticamente seguro que los conservadores Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida mantendrán el poder. “Quiero hacer una apelación a todos los votantes progresistas: hagamos lo que tenemos que hacer si queremos señalar la puerta de salida a la derecha en la comunidad y en la capital. Concentremos el voto en el PSOE para decirle 'adiós' a Ayuso y Almeida”, dijo Sánchez este jueves durante su mitin en Madrid con Lobato y Maroto. No hizo ninguna mención a las investigaciones por compras de votos que afectan a candidatos del PSOE en Mojácar (Almería) y Albudiete (Murcia), ni a la investigación dentro de un caso de secuestro al número dos de los socialistas andaluces, Noel López, que en el último tramo de campaña han trastocado el relato que el líder socialista había diseñado para el 28M, basado en los anuncios de avances sociales aprobados pocos días después por el Consejo de Ministros. La única referencia, implícita, fue esta: “La derecha no va a dejar de embarrar esta campaña, pero no nos va a parar”. Tres décadas en la oposición Madrid es la pieza que nunca encaja. El PSOE no gobierna ni la autonomía ni el ayuntamiento desde hace más de tres décadas. Se han hecho todo tipo de experimentos durante los últimos tiempos: desde traumáticas destituciones del liderazgo orgánico, como la de Tomás Gómez en 2015, a sorprendentes fichajes de figuras ajenas a la política, como el del entrenador de baloncesto Pepu Hernández en 2019 para la alcaldía. Casi siempre han terminado dando malos resultados. La apuesta es en esta ocasión más ortodoxa, con un exalcalde para la comunidad y una exministra de Industria para el ayuntamiento, pero poco parece que vaya a cambiar. Lo curioso es que los socialistas madrileños emplean ahora para sus críticas argumentos diametralmente opuestos a los de hace dos años, cuando Díaz Ayuso decidió adelantar las autonómicas y por poco logra mayoría absoluta. Entonces, en el PSOE-M se desesperaban porque la campaña estuviera dirigida de principio a fin por Moncloa (en especial por el entonces jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, que aquí empezó a perder la confianza del presidente) y su trayectoria fuese errática. Ángel Gabilondo, actual defensor del Pueblo y candidato en este momento, comenzó con un perfil muy de centro, rechazando los pactos con Podemos para atraer al antiguo votante de Ciudadanos, y terminó a rebufo de Pablo Iglesias, aspirante de los morados, sosteniendo que lo que estaba en juego era la lucha entre la “democracia” y el “fascismo”. Acabó tercero, por detrás de Díaz Ayuso y de Mónica García (Más Madrid). Ahora ocurre justo lo contrario. Los socialistas madrileños lamentan la escasa implicación por parte de la Moncloa y de la cúpula del PSOE. Lobato y Maroto, recuerdan fuentes de esta federación, son apuestas personales de Sánchez y ahora el jefe del Ejecutivo se ha “casi desentendido”. Sin contar el de este jueves, el secretario general solo ha protagonizado un mitin en Madrid durante esta campaña. Fue el pasado 16 de mayo en Alcalá de Henares, sin Maroto porque no se presenta en esta localidad y sin Lobato porque tenía el debate en Telemadrid con el resto de candidatos a la comunidad. Fuentes de la dirección nacional del PSOE se defienden. Insisten en que han buscado tratar a todos los territorios “de la misma manera”, pero admiten que se han volcado más en los territorios donde que ya gobiernan. “Ojalá haya una sorpresa en Madrid el domingo. Puede haberla. Pero está difícil”, explican en Ferraz. Las encuestas alimentan esta falta de entusiasmo. En la capital, anticipan una subida de los socialistas (en 2019 quedaron en cuarto lugar) pero en el tercer puesto, por detrás del PP y Más Madrid, y con pocas posibilidades de que la izquierda sume para desalojar a Martínez Almeida. En la Comunidad, Lobato lucha por la tercera plaza con García, pero la incógnita, según los sondeos, reside en si Díaz Ayuso necesitará o no a Vox para continuar en el poder. En cualquier caso, si se confirman los malos augurios, los planes de Sánchez no pasan por provocar un nuevo terremoto en el socialismo madrileño, explican los colaboradores del presidente del Gobierno. La apuesta por Maroto y Lobato “no acaba este domingo”.

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