"No he dimitido. No dimito. Y no dimitiré". Es la declaración de intenciones de Laura Borràs de no irse por voluntad propia de la presidencia del Parlament. No lo hizo cuando se le abrió juicio oral y fue suspendida de sus funciones ni piensa hacerlo ahora pese a la sentencia que la condena a cuatro años y medio de cárcel por prevaricación y falsedad documental. El veredicto no es firme y a esa circunstancia se aferra la líder de Junts para resistirse a dejar vacante el cargo y ser substituida. Y, si bien el artículo 24 del reglamento la ampara para no perder su escaño, la realidad es que la institución lleva casi nueve meses en un limbo. Una interinidad que la mayoría de grupos definen como "insostenible" y que el Govern ha reclamado resolver de forma "inmediata".
La interinidad en la institución
Las 3 vías abiertas en el Parlament para forzar la destitución de Laura Borràs
La líder de Junts se niega a apartarse de la presidencia de la institución aunque la Junta Electoral le retire definitivamente el escaño
Laura Borràs, durante la declaración posterior a la sentencia a las puertas del Parlament /
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