“Déjese ayudar por el PP”. La frase se la lanzó Cuca Gamarra, portavoz de los populares en el Congreso, al presidente del Gobierno en la última sesión de control. Y bien podría ser un lema de la futura campaña. El PP está dispuesto a dar sus votos a la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ que los socialistas han registrado en solitario y que ha supuesto una de las mayores crisis para el Gobierno de coalición. Como también brindó su abstención para salvar al PSOE de la enmienda a la totalidad que ERC y Bildu habían presentado contra la ley Audiovisual y que supuso un nuevo choque con Unidas Podemos. O apoyó al PSOE -y parte de un Unidas Podemos que votó dividido- en la toma en consideración de su propuesta para abolir la prostitución. La estrategia conciliadora del PP, más que por apoyar al Gobierno, pasa por tender la mano al PSOE… especialmente si ello los empuja a soltar la de sus socios de investidura. Pero ni hablar de grandes acuerdos: el gran pacto de renovación de órganos para el que Pablo Casado, anterior líder del PP, parecía el mayor escollo, sigue sin llegar nueve meses después del relevo en la presidencia del partido.