Análisis

“¡Qué puto auto! ¡Si no está escrito!”

Fachada del Tribunal Constitucional. / David Castro

La punta del ovillo de la trampa que el sector progresista consiguió tender al pequeño Maquiavelo José María Macías -que se ha quejado en el pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pasado martes 27 por el adjetivo usado en estas páginas junto al nombre del diplomático y filósofo político florentino- hay que buscarla en el pleno extraordinario convocado de urgencia en la tarde del miércoles 21 de diciembre para resolver el recurso presentado por la Mesa del Senado contra la prohibición de aprobar las resoluciones finales al que dio luz verde el Congreso de los Diputados para desactivar el bloqueo del Tribunal Constitucional (TC).