PSOE y Unidas Podemos apuestan por llegar juntos a las elecciones generales para vender estabilidad

Las discrepancias entre PSOE y Unidas Podemos se han ido convirtiendo en un murmullo constante que en ocasiones sube de intensidad y amaga con hacer estallar las costuras del primer Gobierno de coalición de la reciente etapa democrática. Aquello que Pedro Sánchez dijo cuando presentó su primer Consejo de Ministros, en enero de 2020, de que el Ejecutivo tendría "varias voces, pero una sola palabra" se ha cumplido con dificultades en algunas ocasiones, pero hasta ahora pueden decir que han evitado el divorcio. Y el plan de las dos formaciones es seguir así: llegar juntos a la cita de las generales que, si Sánchez mantiene lo dicho, se celebrarán a finales del año próximo. La oposición de derechas, a veces cargada de razones y otras por mera estrategia para desgastar, señala con dedos inquisidores las desavenencias entre los ministros para denunciar inestabilidad, bronca, caos. Pero, pese al ruido, ahí siguen. Y, como han insistido el presidente y varios ministros estas semanas, el Gobierno se mantiene mientras otros países, como Reino Unido e Italia, viven graves crisis políticas y añaden más tensión a la difícil situación derivada del covid y de la guerra en Ucrania. Enfrentar las encuestas Según fuentes de las direcciones de ambas formaciones, socialistas y morados comparten la estrategia de mantener la coalición hasta las urnas y vender estabilidad. Por el camino, ambos verán qué músculo tienen en las autonómicas y municipales de mayo. "Si supiéramos que el PSOE puede llegar a una mayoría cómoda para necesitar un número de escaños mínimo, a lo mejor tendría sentido romper antes de llegar a las elecciones, pero no es el caso", afirma un alto cargo del PSOE que va a las reuniones de maitines que cada lunes por la mañana organiza Sánchez en la Moncloa. Según la mayoría de los sondeos publicados últimamente, los socialistas, que ahora tienen 120 escaños, llegarían con trabajo a los 110, muy lejos de los 176 que marcan la mayoría absoluta. En estos momentos la suma con Unidas Podemos alcanza los 153, una cifra a la que tienen que añadir a nacionalistas e independentistas para sacar sus iniciativas en el Congreso. La realidad de las encuestas tampoco es halagüeña para los morados, que de los 35 de 2019 bajarían a 28. En la dirección de Unidas Podemos coinciden en la necesidad de seguir trabajando lo que resta de legislatura para intentar mejorar estas expectativas. "A la gente le tienes que dar razones para revalidar el Gobierno", señala una fuente de la cúpula de Unidas Podemos que asegura que el Ejecutivo debe seguir aprobando leyes fundamentales, como la reforma de la conocida como 'ley mordaza' o las normas de vivienda y trans, para llegar a las elecciones con más fuerza. En este sentido, fuentes cercanas a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, admiten que queda un "año largo" por delante en el que se seguirán "mostrando las diferencias" que tienen con el PSOE, pero demostrando que "juntos se puede trabajar". La opción de romper el Gobierno no está sobre la mesa. "Sería irresponsable ante la situación compleja que vive el país", sostienen las mismas fuentes que recuerdan el fracaso de los gobierno de coalición que formaron PP y Cs en la Región de Murcia, en la Comunidad de Madrid o en Castilla y León. Choque en el ala morada La dificultad no solo reside en cómo gestionen su relación en el próximo año socialistas y morados, sino también en las dinámicas que se generen en el seno de Unidas Podemos con el lanzamiento de Sumar por parte de Díaz. La también ministra de Trabajo y los dirigentes de Podemos llevan meses chocando por la acción en el Gobierno en un intento de disputarse el poder orgánico de cara a las elecciones generales. El exvicepresidente Pablo Iglesias recordó este lunes que Díaz es ministra gracias a Podemos y exigió "respeto" para su formación. En el PSOE preocupa mucho las dificultades que está teniendo Díaz para conformar su "frente amplio". En la Moncloa no entienden que la actual vicepresidenta haya descartado ir con su plataforma a las elecciones municipales y autonómicas de mayo. "No tiene estructura en los territorios. ¿Cómo quiere pretender llegar a otoño y, de repente, hacer campaña para unas generales con unos equipos desconocidos, sin rodaje antes?", señalan fuentes del Gobierno. Más allá de los roces y de la estrategia electoral, ambas formaciones coinciden en la necesidad de trabajar conjuntamente para hacer frente a la consecuencias de la guerra en Ucrania. El Ejecutivo aún no ha desvelado el grueso de las medidas que pretende desplegar en los próximos meses para frenar la inflación derivada de la invasión rusa. Fuentes de la dirección morada reivindican que su presencia en el Gobierno sigue siendo necesaria para intentar "convencer" al PSOE, el socio mayoritario, de poner en marcha iniciativas ambiciosas.

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