El primer Onze de Setembre después de las restricciones por la pandemia se preveía tenso en el seno del independentismo ante las hondas diferencias de estrategia que mantienen los dos socios del Govern y las entidades. La apuesta de ERC por la mesa de diálogo soslayando cualquier nueva tentación unilateralista, y dejando el 'procés' en un 'impasse', ha ido profundizando una grieta que esta Diada se plasmará en la ausencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de la manifestación independentista que organiza la ANC. Una ausencia que el propio entorno de Aragonès se ha encargado de dejar claro que responde a esas discrepancias políticas, y no a motivos de rango institucional.