Las elecciones autonómicas en Andalucía han provocado un vuelco sin precedentes en el mapa político de una comunidad autónoma que nunca hasta hace cuatro años había tenido un Ejecutivo que no fuera socialista. La histórica mayoría absoluta del PP se ha cimentado de forma transversal en las ocho provincias andaluzas, todas ellas coloreadas de azul por primera vez en la historia. Incluso Sevilla, el gran fortín del PSOE donde el PP fue la cuarta fuerza en 2018, se ha entregado ahora a Juanma Moreno.