El PSOE busca al PP para acordar la abolición de la prostitución

Habría que pasar horas y horas revisando declaraciones para encontrar a políticos del PP y del PSOE dedicándose alguna clase de halagos. La irrupción de Alberto Núñez Feijóo ha rebajado la crispación general aunque la pugna entre ambos partidos se mantiene en todo lo alto. Los socialistas no conceden ni una sola virtud al dirigente gallego. Sostienen incluso que es "lo mismo que [Pablo] Casado solo que más lento y vago". Pero en medio del caos en que se ha convertido cada votación en el Congreso, con divisiones en el propio Gobierno, la línea de comunicación con este nuevo PP se ha agrandado. Y este fin de semana volverá a fluir para buscar el respaldo de este grupo a su proposición de ley para abolir la prostitución. 

Según indican fuentes de Ferraz, la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, que lleva personalmente este asunto, tiene pensado llamar al PP este fin de semana (previsiblemente, la número dos, Cuca Gamarra), para "intentar cerrar con ellos la tramitación", ya que la propuesta socialista no contaría con el aval de su socio de coalición, Unidas Podemos. Pero no solo eso, aunque en Ferraz son conscientes de que "una cosa es la toma en consideración y otra la aprobación definitiva", la oferta incluirá llegar juntos hasta el final y acordar un texto común. Abrir una negociación que, señalan las mismas fuentes, podría discurrir "muy rápido" porque el texto del PSOE [aquí en PDF] afecta solo a tres artículos del Código Penal. "En octubre podría estar aprobada". Los socialistas creen que también podrían contar con el apoyo del PNV. Con ERC no hay nada que hacer, porque la formación es abiertamente regulacionista, como lo son los comunes.

Desde el PP ratifican su disposición a facilitar el trámite parlamentario, pero no se pronuncian sobre la votación final a la proposición de ley del PSOE

Fuentes populares ratifican a este diario su disposición a facilitar el trámite parlamentario —el PP lleva en su programa electoral el compromiso de aprobar una ley integral contra la trata de seres humanos que contemple toda forma de explotación contra mujeres y niñas— pero no se pronuncian sobre la votación final a la proposición de ley del PSOE. 

Estos contactos demuestran que los socialistas ven imposible un entendimiento con Unidas Podemos porque "ellos son regulacionistas" y no abolicionistas. De hecho, desde el equipo de Pedro Sánchez se responde un "no sabemos qué van a hacer" a la pregunta de qué hará su socio en el Gabinete. La sensación en el PSOE es que se trata de un asunto que sus socios de Gobierno no han resuelto —"ese es su problema"—, algo que sí ha hecho "la izquierda tradicional", en referencia a ellos mismos y a Izquierda Unida, que son nítidamente abolicionistas. Sin dudas. 

Una cuestión capital para el PSOE

El 19 de febrero de 2019, Podemos se abstuvo ante una proposición no de ley socialista que ya promovía abolir la prostitución. En cambio, PP e IU sí respaldaron. Cs, ERC y PNV también se abstuvieron. La iniciativa actual del PSOE es fruto, precisamente, del intento interno de llegar a un acuerdo con la formación morada. Los socialistas quisieron introducir la persecución del proxenetismo en unas enmiendas a la ley de libertad sexual del Ministerio de Igualdad, la del 'solo sí es sí'. El rechazo de Unidas Podemos les llevó a tratar de sacarlas adelante con el PP. Aunque la negativa de los populares a la aprobación final del dictamen hizo descarrilar la operación. 

Los socialistas aseguran que sus socios de Unidas Podemos son "regulacionistas" y no tienen este debate resuelto internamente, pero "es su problema"

El PSOE retiró las enmiendas, pero la grieta con Unidas Podemos quedó en evidencia. Más aún por la decisión de los socialistas de presentar en solitario su propia proposición de ley. Para ellos, explican en la dirección del PSOE, es un tema capital, que pretenden liderar. Ya lo explicitaron en el 40º Congreso Federal del partido, el pasado octubre. En aquella resolución [aquí en PDF], que ponía el foco en "quienes acuden a la prostitución y en quienes se lucran de ella", que planteaba "sancionar la demanda" y recuperar "la tipificación penal de la tercería locativa", para prohibir que un tercero, un particular o el dueño de un local, se lucre de la explotación sexual de una mujer, se fundamente toda su postura política. 

El texto, que el martes que viene, 7 de junio, se debatirá en el Congreso para aceptar o no su toma en consideración y arrancar así su tramitación parlamentaria, establece penas de cárcel para los clientes de la prostitución y para quien la promueva, favorezca o facilite. En el PSOE aseguran que son conscientes de que se enfrentan "a un lobby que genera miles de millones de euros" y creen que se exponen a una campaña contra ellos "de ridiculización". De hecho, apuntan que Podemos es quien alimenta la interpretación de que la ley socialista supone también la prohibición de producir porno para cine e internet. 

El PSOE cada vez hiperventila menos por las fisuras con UP y atribuye las fricciones al propósito de los morados "de sacar cabeza" ante su electorado

Pero la decisión que la abolición de la prostitución se apruebe esta legislatura es inamovible, aunque tenga que salir adelante con el PP. Ya fue la abstención de este partido lo que permitió salvar la ley audiovisual, en la que los morados se abstuvieron por la introducción de un cambio vía enmienda que, entienden, beneficiaba a las grandes corporaciones como Atresmedia y Mediaset, en contra, señalaban, de las productoras independientes. 

La ruptura del voto parece un punto de inflexión en la coalición, una sima en la que ambos partidos han caído y de la que parece difícil salir, que se repetirá en la ley contra la explotación sexual. Pero el PSOE cada vez hiperventila menos por ello y atribuye las fricciones al propósito de Unidas Podemos "de sacar cabeza" ante su electorado. La practicidad se ha impuesto en la Moncloa y en Ferraz: "Lo importante es que las medidas salgan adelante". "Nos gustaría sacarlas con los partidos que compartes más sensibilidad ideológica, sí, pero ya operan otros factores", sentencian, en referencia a que se acerca la fase final de la legislatura.