Solo la ciudad de Fuzhou tiene la misma población que toda Catalunya. Es una urbe costera, de clima húmedo y sus habitantes tienen su propia lengua, que hablan además del mandarín. Una especie de -salvando las distancias- gran Barcelona de donde apenas dos semanas después de decretarse el estado de alarma llegó para la Generalitat de Catalunya un primer millón de mascarillas anticovid. El material salió de Fuzhou, partió a Guangzhou, de allí voló hasta el aeropuerto de El Prat y se almacenó en Sant Sadurní d'Anoia, un municipio de poco más de 12.000 habitantes de la comarca del Alt Penedès donde la Generalitat tiene uno de sus principales centros logísticos (Logaritme). Esta fue una de las muchas operaciones 'exprés' operadas por las administraciones públicas para importar material contra el virus y que requirió de intermediarios y supuso un gasto millonario.
Fiscalización de la Generalitat
De Fuzhou a Sant Sadurní para traer seis millones de mascarillas y otros contratos covid
Una empresa sin historial previo de negocios con la Generalitat recibió encargos por valor de 50 millones de euros dos semanas después de estallar la pandemia
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