Las secuelas del 'Catalangate'

El espionaje, un laberinto político del que no se vislumbra una salida

A un año de las municipales, ERC carece de incentivos para dar carpetazo al 'caso Pegasus' sin ver satisfechas sus exigencias de información y asunción de responsabilidades

Pere Aragonès y Pedro Sánchez, en un encuentro en febrero del 2020. / DAVID CASTRO

No hay prisa. Tampoco cesión a la vista. Pere Aragonès señaló, el día que estalló el ‘Catalangate’, que congelaba las relaciones con el Gobierno del Estado. Tampoco se supo ejemplificar en aquel momento lo que ello significaba, pero, transcurridos 40 días puede concluirse que ese estado de ‘stand by’ trae consigo llenar de cristales el suelo por el que pisa el Ejecutivo de Pedro Sánchez en el Congreso y esperar, sentado, a que el propio presidente del Gobierno ceda en sus primeras intenciones.