Los problemas de cadera padecidos por el monarca, que fueron una de las causas de su abdicación en favor de su hijo Felipe VI, impidieron a don Juan Carlos practicar su deporte favorito durante varios años. Llegó un momento en que incluso pensó que ya no podría volver a hacerlo, y mucho menos a competir. Pero allí estaban sus amigos de Galicia para devolverle la ilusión: "Ocurrió -relata Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico "Juan Carlos I" de Sanxenxo- que cada vez que nos veíamos, él me decía que su sueño era poder volver a navegar, así que nos pusimos a hablar del tema unos cuantos amigos del mundo de la vela, entre ellos Josep Cusí y Mauricio Sánchez Bella Carswell". "Mauricio -prosigue Pedro- había adquirido y restaurado un tipo de barco ya muy antiguo, que no se fabricaba desde hacía muchos años, pero que resultaba el ideal para que Su Majestad pudiese volver a tomar la caña: se trata de un barco estrecho, donde tanto el patrón como el resto de la tripulación van muy encogidos, muy fijados a sus puestos. Es duro pero, en cambio, es más seguro en el sentido de que, a bordo, apenas te puedes mover".
Casa Real
Los incondicionales y poderosos del Rey Emérito en Sanxenxo
El círculo de incondicionales de Juan Carlos I cada vez que visita la localidad pontevedresa
Don Juan Carlos y Pedro Campos, en una de sus anteriores visitas a Sanxenxo.
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