Un liderazgo no es tal hasta que no se mata al padre, una expresión tremenda y horrible que significa básicamente que en un grupo no hay relevo en la dirección real, hasta que el que se ha ido no deja de mandar, tratar de influir, teledirigir o simplemente, mangonear, porque el nuevo líder se lo permite. Tenemos ejemplos en nuestra historia reciente, Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero mataron a Felipe González, Mariano Rajoy hizo lo propio con José María Aznar; Pablo Casado, Joaquín Almunia no lo hicieron y ya sabemos cómo acabaron. La lección histórica es clara: nunca llegarás a liderar un espacio que ya tiene un líder.
Videocomentario
Matar al padre Iglesias | Videoanálisis de Verónica Fumanal
Yolanda Díaz no llegará a ser una líder mientras permita que el anterior siga creyendo que puede decirle lo que tiene que hacer
Videoanálisis de Verónica Fumanal
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