Espionaje político

El 'Catalangate' da la oportunidad a ERC de 'matar' dos pájaros de un Pegasus

El ’president’ Pere Aragonès, a su salida del Congreso de los Diputados, el pasado 21 de abril. / David Castro

Al lado de lo que supone el 'Catalangate', en cuanto a vulneración de derechos individuales y colectivos y del mínimo juego limpio exigible en una democracia liberal es obvio que las consecuencias electorales del escándalo son cosa menor. Ni espiados ni espías han movido sus piezas pensando en una rentabilidad ante las urnas. Puede hablarse, por tanto, de una serendipia, un doble efecto positivo (para ERC) no previsto por el que, gracias a Pegasus, consigue poner al PSOE contra la pared y, en paralelo, se sacude el estigma del 'pagafantismo' que tanto aventa Junts. Porque aunque quede mal acordarse de ella, la deriva electoral existe. Siempre.