Israel presume desde hace décadas de ser un país de espías. Esa fama se construyó en los años 70 del siglo XX con la implacable y despiadada tarea del Mosad, la agencia de inteligencia externa conocida por cazar nazis pero también por asesinar a civiles palestinos. En pleno siglo XXI, la fama sigue intacta, pero no emana tanto del espionaje tradicional como del cibernético. El Estado judío se ha convertido en una potencia mundial en la vigilancia en las sombras gracias al desarrollo de un sector privado que ha engendrado armas como Pegasus –con la que se ha espiado a políticos y activistas catalanes—, un poder que le hecho ganarse a no pocos enemigos.
'Hackeo' masivo al independentismo
Israel, el país de espías detrás de Pegasus y el 'CatalanGate'
El Estado judío ha ganado influencia diplomática en el mundo a base de explotar e impulsar el auge de su industria privada de ciberespionaje, acusada de facilitar la violación de derechos humanos
Teléfono inteligente con el sitio web del grupo NSO de Israel.
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