Margarita Robles es de esas personas que parece que siempre van un paso más allá. Por eso, resulta difícil de creer que cuando, como ministra de Defensa, del que depende el Centro Nacional de Inteligencia, se echó sobre los hombros defender sin fisuras la legalidad de la cualquier actuación de los servicios de Inteligencia y, por ende, del Tribunal Supremo y del Gobierno, no barruntara que existía el riesgo de convertirse en la pieza a cobrar por el independentismo catalán para zanjar la polémica surgida con el espionaje de Pegasus.
Perfil
Margarita Robles, la ministra de los servicios al Estado
Juez de carrera y responsable del Ejército ha asumido la defensa incondicional de los servicios secretos
En su trayectoria profesional no le ha dado miedo enfrentarse, aunque ello le supusiera poderosos enemigos
Margarita Robles, el 16 de mayo de 1994, cuando tomó posesión como secretaria de Estado de Interior, junto al entonces ministro de ramo, Juan Alberto Belloch. /
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