Paso a paso. La estrategia de presión de Pere Aragonès ante el Estado a cuenta del 'Catalangate', la trama de espionaje de una sesentena de independentistas, parece cada vez más prevista y estudiada y que no nace en el mediodía del lunes, el Día 1 de la crisis, momento de la publicación de la pieza de 'The New Yorker' que levanta, por segunda vez, la liebre. La primera fue la 'infección' de los teléfonos de Roger Torrent y Ernest Maragall. Si el Día 2 fue el de el "enfriamiento" de las relaciones con el Estado (el entorno del 'president' niega con la cabeza cuando se pone el término 'congelación' en boca de Aragonès), el Día 3, este miércoles, fue el de la escalada de la presión a Pedro Sánchez.
Espionaje al independentismo
Aragonès escala en la presión a Sánchez para que depure responsabilidades por el 'Catalangate'
El 'president' tilda de palmaria la implicación del CNI y amenaza con retirar el apoyo parlamentario al Gobierno
Acudirá este jueves al Congreso para amplificar el escaso eco mediático del caso en el resto del Estado
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, comparece junto al vicepresidente de la Generalitat y conseller de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, y los demás consellers para valorar el supuesto caso de espionaje a independentistas. /
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