JUEGO DE TRONOS

Feijóo y Puigdemont en el nuevo contexto europeo

Donald Tusk, habla durante una conferencia de prensa. / EFE / SERGEY DOLZHENKO

La historia europea se aceleró hace quince días. La UE mutualizó por primera vez su posición en un conflicto bélico: sancionó conjuntamente, asumió colectivamente las consecuencias, envió armas ofensivas a un tercer estado y su principal potencia económica puso en marcha una inversión militar sin precedentes desde la segunda guerra mundial. Todo prácticamente en una tarde de domingo. Nada que ver con las interminables cumbres para resolver la crisis financiera de 2008 ni siquiera con los balbuceos en las primeras semanas de la pandemia, hace justo dos años. La primera crisis sin Merkel se saldó con el espíritu de la canciller pero sin sus cansinas maneras.