El PP entrega a la extrema derecha la cuota de poder que solicitaba (la presidencia de las Cortes, la vicepresidenta del gobierno y tres consejerías) para que Alfonso Fernández Mañueco siga agitando la batuta del gobierno de Castillo y León. La dependencia de Vox para que los populares contengan su liderazgo territorial ofrece un trampolín a los ultras para seguir creciendo y para que sus alegatos se cuelen como un altavoz en las instituciones. En pleno auge, la extrema derecha -que ostenta cinco alcaldías de municipios muy pequeños- ha cedido sus votos para investir a tres presidentes autonómicos y a cinco alcaldes de capitales orquestadas por el PP: Madrid, Oviedo, Zaragoza, Teruel y Córdoba.
La extrema derecha toca poder
Castilla y León, el primer gobierno PP-Vox después de tres pactos autonómicos
La extrema derecha entrará por primera vez en un ejecutivo regional tras años ejerciendo como muleta de los populares
PP y Vox, vasos comunicantes
El líder de Vox, Santiago Abascal. /
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