Los partidos abren el baile de alcaldables en Barcelona

Serán en mayo de 2023 y lo electrizante del tablero político catalán hace que puedan pasar todavía muchas cosas de aquí a entonces, pero los partidos empiezan a otear en el horizonte la que será, salvo fiasco prematuro del Govern de Pere Aragonès, la siguiente cita del calendario electoral de Catalunya: las municipales. Y en ellas siempre sobresale, por su simbolismo y su importancia estratégica, el pulso por conquistar el feudo capital: Barcelona. A un año y cuatro meses vista, todo parece indicar que, al menos en las cuatro principales formaciones del ayuntamiento, se reeditará el elenco de alcaldables de 2019. Sin embargo, el margen de maniobra todavía es bastante grande como para que puedan cuajar algunos movimientos que subyacen entre bambalinas. Cuestión aparte es cómo se reorganizarán las atomizadas derechas tras el espantada de Manuel Valls y con los ultras llamando a la puerta del consistorio. ERC Todo parece indicar que Ernest Maragall, el ganador de las municipales en 2019, repetirá intento en 2023. No es aún oficialmente el candidato porque "ERC no se deja llevar por las prisas de otros partidos que lo único que tienen para anunciar es el nombre del candidato, y que, además, necesitan tiempo para darlo a conocer", apunta una fuente republicana. El cierre de filas en el partido sobre la elección de Maragall es casi total, así como el diagnóstico de su principal punto débil: su edad. El 'exconseller' acaba de cumplir 79 años, es 45 días más joven que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. "Olvídate de su edad y escúchalo", aconseja con vehemencia una voz importante de los republicanos. "Es el candidato que mejor puede proyectar la ciudad hacia el futuro. Los otros no tienen ni idea de por dónde empezar". Según esta voz, la competencia de Maragall a la alcaldía oscila entre los que pretenden "volver al punto anterior a la crisis" y los que abogan "por una sostenibilidad sin saber cómo llegar a ella". Barcelona en Comú Como en casi todos los espacios políticos, en el de los 'comuns' la gran incógnita es quién será el candidato en las elecciones de 2023. Pero, en este caso, la decisión es todavía más trascendente, por el innegable peso político del nombre de Ada Colau. Alcaldesa por sorpresa en 2015, en 2019 repitió con el imprescindible apoyo de Manuel Valls. En principio, en 2023 le tocaría a otro aspirante, pero Barcelona en Comú puede autorizar a Colau a que intente un tercer mandato. ¿La alcaldesa quiere repetir? Hace unos días, dijo que el debate interno no se iniciará hasta mayo, pero lo cierto es que hace un año y medio los suyos veían muy perdidas las elecciones. Ahora, en cambio, la sensación es de que hay partido y de que la votación se decidirá por pocas papeletas, con lo que el tirón de Colau puede ser decisivo, aunque la figura de la alcaldesa provoque también un amplio rechazo en determinados sectores de la ciudadanía. Si la alcaldesa decide no presentarse, los sustitutos naturales son sus actuales lugartenientes en el ayuntamiento: Janet Sanz y Jordi Martí. PSC Hace un mes que Salvador Illa designó a la nueva cúpula del PSC. Y entre los cinco vicesecretarios que pilotarán la nueva era está Jaume Collboni al frente del área de Política Municipal. Esa decisión da cuenta de que el actual líder socialista en el Ayuntamiento de Barcelona tiene el apoyo del partido para intentar convertirse en alcalde en 2023. Pero, tras las experiencias de cambio de candidato en el último minuto de 2019 (Alfred Bosch por Ernest Maragall en ERC, y Neus Munté por Elsa Artadi en JxCat), y el relevo por sorpresa de Miquel Iceta por Illa en las elecciones catalanas del año pasado, las especulaciones han llegado también al grupo municipal del PSC en Barcelona. ¿Quién podría ser el candidato socialista si no lo fuera Collboni? Pues depende a qué sector del partido se le consulte. Han sonado los nombres del propio Illa, de Miquel Iceta (actual ministro de Cultura) y, más recientemente, de la flamante delegada del Gobierno, Maria Eugènia Gay. Recuperar la joya de la corona que el PSC perdió hace más de una década y colocar al partido en posición de recuperar también la Generalitat, puede depender de un puñado de votos. Junts Elsa Artadi es la única precandidata a las primarias de Junts y hasta el 3 de febrero tendrá que recabar el apoyo del 20% de los militantes barceloneses para ser proclamada oficialmente. En Junts están tan convencidos de que Artadi será la candidata como inseguros se sienten respecto a los resultados que ofrezca esta apuesta. Tres son las razones que motivan esta inquietud: los precedentes (en 2019 bajó de 10 a 5 concejales), el perfil poco progresista de Artadi y la competición extrema que se producirá entre los 'comuns', ERC y el PSC por la alcaldía. La clave, aseguran en Junts, será hacer una campaña no basada en el eje independentista, sino en intentar aglutinar los distintos descontentos con el gobierno la ciudad con un mensaje: "Nada más diferente a Colau que Elsa". Las opciones alternativas a Artadi, que hoy por hoy son solo rumorología, obtienen una respuesta clara en el partido: no habrá experimentos ajenos al día a día de la ciudad y la candidata será ella salvo que se presentase una alternativa mejor que aceptara ir a los comicios. Solo Xavier Trias, si deseara volver, podría generar un terremoto suficiente para desbancar a la candidata, pero esta cuenta al 100% con el apoyo del exedil, así como el del 'conseller' de Economia, Jaume Giró. Ciutadans Los naranjas no quieren reeditar acuerdos preelectorales arriesgados después de ser escarmentados por la 'operación Manuel Valls'. Los choques incesantes en campaña por los pactos autonómicos con la extrema derecha y después por la investidura de Ada Colau, finiquitaron una alianza que ya nacía débil. Cs se resiste a una embestida, aunque en sus filas son conscientes de que no lo tienen fácil para obtener representación. Actualmente tienen tres concejales, porque la cuarta se marchó a Valents y, por lo tanto, es no adscrita. Los últimos movimientos tanto de Valents como del PPC fichando a cargos naranjas dañan su marca, pero confían en subrayar el carácter liberal para evitar un naufragio en las urnas. Desde el partido promocionan a la edil Mari Luz Guilarte como cabeza de lista y, por ahora, descartan posibles alianzas viendo cómo el PPC se fortifica. Todavía falta tiempo para analizar la demoscopia y tomar decisiones. PPC El PPC entró en el consistorio por la mínima. El candidato Josep Bou salvó los muebles al último minuto y entró en el ayuntamiento con dos concejales, rozando el 5% de los votos. Su etapa ha estado marcada por la crisis interna bajo su batuta, con ceses y vetos continuos. Avalado inicialmente por el líder nacional Pablo Casado, Bou ha ido perdiendo la confianza de la dirección por sus salidas de tono y su coqueteo con Vox, al tiempo que exigió dimisiones tras las elecciones catalanas. De ahí que parte de la cúpula del PPC busque un candidato que le haga frente ante las reiteradas insistencias públicas de Bou en repetir como cabeza de lista. En las cábalas aparece con fuerza el nombre de Daniel Sirera, que fue presidente del PP catalán entre 2007 y 2008, y exconcejal en la capital catalana, pero también se contempla a la eurodiputada Dolors Montserrat, exministra del Gobierno de Mariano Rajoy, como posible alcaldable. Por ahora, no se prevé una alianza con Valents, y mucho menos con Cs. Valents La operación de Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona terminó con un divorcio con Cs, con la investidura de Ada Colau salvada por sus votos y con político de vuelta a Francia. La que fuera su número dos y ahora diputada del PPC en el Parlament, Eva Parera, ha rebautizado al partido con el nombre de Valents y ha incorporado a sus filas a exdiputados de Cs y exdirigentes populares para consolidar su marca. Su propósito es conjurar al constitucionalismo en una única candidatura, pero ello no convence a las direcciones de Cs y el PPC, que miran con recelo todos sus movimientos. La aspiración de Valents es, como mínimo, conseguir representación en el Ayuntamiento de Barcelona. Tras la ruptura con los naranjas y el adiós de Valls, se quedan dos concejales y cuentan con el apoyo de una edil no adscrita, Marilén Barceló, que dejó Cs para sumarse al partido. Nadie discute que sea Parera la encabece la lista en caso de ausencia de pactos preelectorales.

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