En algunos (muchos) sentidos, una pandemia como la actual tiene sobre la economía unos efectos similares a una guerra. No destruye los medios materiales de producción pero altera los recursos humanos y, sobre todo, se lleva por delante a las compañías que arrastraban problemas anteriores, desde el excesivo endeudamiento hasta las ineficiencias por falta de adaptación al nuevo contexto, verde y digital. Junto al escudo social, Europa puso desde el inicio de la pandemia dos instrumentos en manos de los Estados para generar también un escudo empresarial. El covid no podía comportar un cierre masivo de empresas que disparase el paro. Por ello, se propicio una política monetaria expansiva que permitiese a los Estados dar o garantizar créditos a las empresas. Los principales gigantes del sector turístico español, por ejemplo, se están salvando por esta vía, gracias a los créditos del ICO y de la SEPI. Y se permitió, también, la autorización previa de operaciones corporativas (opas) por parte de capital extranjero. España está haciendo un uso muy selectivo, y a menudo arbitrario, de estos dos mecanismos.
JUEGO DE TRONOS
Calviño y la coalición, más papistas que Macron
El presidente del Gobierno y la vicepresidenta primera, Pedro Sánchez y Nadia Calviño, conversan con la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en el pleno del Congreso de los Diputados de aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado para 2022, este 28 de diciembre de 2021. /
Lo más visto
- La guerra entre supermercados y fabricantes estalla tras dos años de inflación y ante el avance imparable de la ‘marca blanca’
- Hacienda está enviando este SMS a quienes hacen la declaración de la renta: qué significa
- Calendario laboral de Alcorcón del 2024 (con todos los festivos)
- Salvador Alemany: "Habíamos perdido el pulso para afrontar esta crisis"
- Corinna y las flores