ARTÍCULO DEL DIRECTOR

Cinco recetas para combatir el peligro del populismo en el año 2022

Aplausos para el nuevo canciller alemán, Olaf Scholz. / REUTERS/ Fabrizio B.

El gran desafío de nuestro tiempo es el populismo: político, ideológico, económico, científico o periodístico. El incremento de la información disponible provoca un efecto de saturación que lleva a amplias capas de la sociedad a abrumarse por la complejidad del mundo que les toca vivir y esa es la base de la incertidumbre, antesala del miedo, preludio del abrazo a las soluciones simplistas y, en última instancia, a los autoritarismos de toda índole. Conjugar las tres P que conforman los propósitos de nuestro diario es complejo, no apto para populistas. Pero el simplismo ha ganado tanto terreno que en este cambio de año hay que recordar lo obvio: la base imprescindible del progreso de las personas sin destrozar el planeta es un crecimiento económico sostenible. Y eso es lo que no les gusta oír a los populistas, tanto a los que basan su magia en repartir la riqueza sin ocuparse de su creación, como a los que prometen la prosperidad individual sin explicar cómo la distribuirán.